Este sábado, que por fin, hacía buen día, nos fuimos a visitar la Quinta de la Fuente del Berro. A este parque se puede acceder por 6 entradas. Nosotras lo hicimos por la que comunica con el parque Sancho Dávila.
Fuimos por la M-30 dirección Burgos hasta la salida 6B (C/ San Marcelo), aparcamos por allí, que no es zona azul y volvimos a este mismo punto para cruzar la M-30 por el puente peatonal.
MAPA DE ACCESO AL PARQUE
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A la izquierda, la carretera por la que se sale de la M-30,
detrás de Almudena se ve el puente peatonal
por el que debemos cruzar. |
Al cruzar el puente ya estamos en el parque Sancho Dávila, giramos a la izquierda y en breves momentos nos encontramos con la entrada al parque de la Fuente del Berro.
Al entrar en el parque nos dirigimos por unas escaleras que hay a la derecha para llegar a la Entrada de la Calle Peñascales. Al llegar aquí hay que salir del parque para poder ver la fuente que da nombre al parque.
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Quiosco |
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Fuente de la Entrada principal |
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Casa del Reloj |
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Fuente del Berro |
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Estanque de patos |
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Escultura abstracta 1 |
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Escultura abstracta 2 |
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Escultura abstracta 2 |
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Fuente mural con el escudo de Madrid |
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Canal que une la fuente mural con
el estanque circular |
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El lago |
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La cascada |
En esta época del año, tanto la cascada como la ria chica y las fuentes están apagadas.
Subimos por las escaleras que están al lado de la cascada y llegamos a la zona donde se encuentra el monumento a Becquer y la escultura de Enrique Iniesta.
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Monumento a Becquer |
Cruzamos la ria chica y llegamos a una zona infantil (columpios, toboganes...), junto a la que se encuentra la escultura del escritor ruso Aleksandr Pushkin.
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Escultura a Enrique Iniesta |
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Escultura de Aleksandr Pushkin |
El parque se recorre aproximadamente en una hora u hora y media. Es un paseo agradable por un parque lleno de árboles, alguno de ellos centenario y, zonas de agua. Parece ser que también hay pavos reales, pero nosotras no vimos ninguno.
Lo que menos nos gusto es que al estar pegado a la M-30, el ruido de los coches te acompaña durante todo el paseo. Otro sonido que te acompaña es el canto de las cotorras argentinas, que hay muchísimas. Al volver al coche nos entretuvimos en admirar como iban y venían de árbol en árbol cortando ramitas con el pico y llevándoselas para hacer sus nidos. Parece ser que estas aves llegaron a Madrid y se establecieron en la Casa de Campo, pero ahora se han expandido por muchos más lugares de Madrid como el parque de Tierno Galván, la Fuente del Berro, el parque del Oeste... y son casi consideradas como una plaga.
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